Resumen

2 personas que se odian + un bebé llorón = Un problemón muy llorón.

Esa es la situación de Sasuke y Sakura, dos jóvenes enfrentados por sus diferencias.

Sakura Haruno, una chica de 25 años que vive en la ciudad de Osaka en Japón, es transferida a la gran ciudad de Tokio para trabajar como médico profesional en el mejor hospital de la ciudad. Sólo tiene un problema: ni su familia ni ella tienen el suficiente dinero como para comprarse ni siquiera un pequeño apartamento. Por eso decide compartir piso…

Sasuke Uchiha, un chico de 26 años que vive en la ciudad de Tokio, es propietario empresario de las grandes E.M.U (Empresas Mobiliarias Uchiha) junto con su hermano mayor Itachi Uchiha quien se encarga también de la empresa desde EE.UU. Se verá obligado a compartir su tranquilo y preciado apartamento con una verdadera “molestia”, según él…

Toda esta situación se complica cuando alguien deja al pequeño Shouta de casi 2 años de edad delante de la puerta de su apartamento.

Esta historia será una comedia romántica, donde los tríos amorosos e incluso los “cuartetos amorosos” pondrán a prueba la complicada relación que hay entre estos dos personajes, acompañados por situaciones divertidas y alocadas.

Parejas que aparecerán en esta historia:

-SasuSaku (Pareja principal)

-NaruHina

-ItaKo (Itachi y Kohana “personaje inventado por mí”)

-PainKon (Pain y Konan)

-SuiKa (Suigetsu y Karin)

-SasuKa (Sasuke y Karin, lo siento T.T a mí también me ha costado admitirlo)

-SasoSaku (Sasori y Sakura)

-JuuSaku (Juugo y Sakura)

viernes, 17 de julio de 2015

"¡Un problema muy llorón!" <> CAPÍTULO 24 (2ª TEMPORADA)

-¿Qué…? ¡¿Qué se supone que es esto?! 
El grito de Sakura retumbó en las paredes. Megan se incorporó sorprendida y Sasuke se movió lentamente todavía un poco afectado por la droga. Sin embargo, logró discernir la silueta de Sakura frente a la cama cuando vio el rostro descompuesto de ésta. 
-Sakura… -la llamó saliendo de los efectos de la droga.
-Haruno-san, te lo puedo explicar -dijo Megan tapándose con una sábana, haciéndose la inocente y siguiendo con su plan.
El pelinegro la miró con asombro y de repente se dio cuenta de que ambos estaban en la cama, desnudos. Un sentimiento de desesperación le dio de golpe al comprender (más o menos) la situación en la que estaban. No sabía cómo Megan y él habían acabado así pero lo que sí sabía es que Sakura estaba allí y los había pillado sin poder poner ninguna excusa al respecto.
-¡No! ¡Espera! ¡No sé que es lo que ha pasado! ¡Créeme! -comenzó a intentar explicarse Sasuke ante la mirada incrédula y dolorosa de Sakura que lo veían claramente como uno de los culpables de aquello.
-Yo… Yo ya no te creo -dijo entre sollozos la pelirrosa comenzando a retroceder hacia la puerta.
-¡Por favor! ¡Déjame explicarte! -suplicó Sasuke levantándose rápidamente de la cama.
-¡Explicarme qué! ¡¿Qué, eh, Sasuke?! ¡Que me acabas de engañar con tu querida amiga Megan! -estalló la chica con voz rota.
-Te juro que no sé qué es lo que ha pasado, por favor, deja… -contestó lastimeramente, perdido, mientras la cogía por una de sus muñecas.
-¡Ya basta! ¡Se acabó! ¡No quiero oírte decir más! ¡No puedo más! -chilló deshaciéndose de su agarre con fuerza y saliendo a correr por el pasillo.
-¡Sakura! -gritó Sasuke que rápidamente se dispuso a echar a correr detrás de ella. Pero se mareó de repente y se tropezó haciendo que se cayera.
Y allí se quedó. Tirado en el suelo mientras escuchaba el portazo que Sakura daba al irse de casa. Aquel sonido se le quedó grabado en la cabeza y se escuchaba tan alto que no se escuchaba las palabras de preocupación que Megan le decía, ahora a su lado e intentando hacer que se levantara.
Sakura se había ido y parecía como si se hubiera quedado vacío.
Por otro lado, Megan (quien se había quedado callada durante toda la discusión) tenía sentimientos encontrados. Sentía cierto alivio por haber completado su objetivo pero el sentimiento de culpabilidad estaba allí remordiéndole la conciencia que pensaba que había dejado atrás. Y tal y como estaba Sasuke en esos momentos pudo entender que estaba destrozado, perdido y desesperado ante una situación que para él no había tenido ni pies ni cabeza.
Pero ya todo estaba hecho y no había vuelta de hoja.

++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++


Sakura anda rápido por las calles casi vacías de la gran ciudad, desbordando lágrimas. Tenía que buscar a alguien, alguien que la ayudara con aquel dolor que la estaba haciendo sufrir hasta sentir morir. No podía llamar a Hinata, que seguía en su luna de miel con Naruto, y a sus padres menos aún; no quería preocuparlos más de lo que ya estaban. Sacó el móvil y buscó el contacto de Sasori. No sabía si estaba en aquellos momentos en Tokio pero sólo le bastaba escuchar su voz y saber que estaba con ella. Eso la tranquilizaría por ahora. Marcó el móvil y esperó…

++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++

En cierto apartamento de Okinawa, dos amantes hacían eco con sus gemidos por toda la estancia, consumidos por el acto de pasión. Estaban iluminados por la única y leve luz de la mesilla continua a la cama y los claros rayos de la luna que entraban por el balcón medio abierto. 
En ese momento, el repetitivo sonido de un móvil recibiendo una llamada se hace hueco en el momento.
-Sa-Sasori, es tu… ah… tu móvil -dijo Rie con dificultad, sintiendo que se le nublaba más y más la mente con cada estocada.
-Hm, déjalo -respondió el pelirrojo, muy ocupado con su labor.
-Pero… -comenzó a rechistar la chica- ¡Ah! -dejó escapar cuando sintió la boca de Sasori recorriendo su pecho.
El chico levantó la cabeza y la besó. Después apoyó su frente en la de ella, haciendo que le mirara a los ojos.
-Ahora mismo no me importa nada más que tú -dijo jadeante con una pequeña sonrisa, dejando claro que no había más que decir.
-Mira que eres… -respondió Rie con una pequeña risa emocionada.
Le abrazó por el cuello y lo atajó hacia sí para besarlo, mientras que Sasori reanudaba con más fuerza las embestidas. Así el sonido de la llamada quedó en un segundo plano.

++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++

-“El móvil que ha marcado no se encuentra disponible en estos momentos. Deje un mensaje después de la señal” -la voz de la operadora hizo su aparición después de varios minutos.
Sakura colgó sin dejar un mensaje. Lo debería haber supuesto; ahora tenía pareja, no podía esperar que estuviera pendiente de ella como lo estaba antes.
Dejó que la poca batería de su móvil se gastara y comenzó a vagar por las calles. Las lágrimas no dejaban de caer pero había dejado de sollozar. La imagen de Sasuke y Megan estaba dando vueltas en su mente haciendo destrozos en ella. Y de repente se acordó de que Shouta estaba en el apartamento. Debería habérselo llevado, pero la verdad es que no sabría que haber hecho después porque ir a casa de los padres de Sasuke no era lo mejor en aquellos momentos. Así que se alivió a ella misma diciendo que era lo correcto haberlo hecho así. 
No supo cuánto tiempo estuvo vagando por ahí pero llegó hasta donde su cansancio le permitió. No sabía que hora era pero todavía era de noche. Se dejó caer en el portal de un edificio y se dejó llevar por el sueño.

++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++

-¡Ey! ¡Vuelve aquí! -exclamó Juugo a su gato que corría hacia el balcón. 
El gato no le hizo ningún caso y salió. Juugo suspiró cansado y se levantó de su escritorio donde se había quedado trabajando hasta tarde. Corrió la cortina para poder pasar y vio al gato sentado en el suelo viendo la calle. Se acercó a él y lo cogió en brazos. El animalito se dejó y maulló moviendo las pezuñas. Y entonces la vio. Reconoció su pelo rosa al instante en el portal del edificio de enfrente.
-¡¿Sakura?! -dijo sorprendido y a la vez preocupado por verla allí desplomada.
Rápidamente bajó y atravesó la calle. Se agachó junto a ella y vio que su rostro estaba rojo del llanto y que en ese momento estaba durmiendo. No se lo pensó dos veces y la cogió en brazos. Por suerte, Chiharu no se encontraba en esos momentos en el apartamento y podría utilizar su cama. No sabía nada de lo que había pasado pero pudo intuirlo cuando Sakura recuperó un poco de consciencia y con una leve vocecita y ojos entrecerrados, dijo:
-Juugo-san, no le digas nada a Sasuke, onegai…

++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++

-Queréis llevaros a Shouta, ya veo… -dijo Fugaku, suspirando.
Casi toda la familia Uchiha (excepto Sasuke) se encontraba en el salón de la mansión. Pain y Konan se habían presentado a media mañana para reclamar a su hijo y no iban a dar su brazo a torcer de nuevo.
Mikoto se mordió el labio inferior y se llevó una mano a la frente; se le estaba levantando dolor de cabeza. Itachi se levantó con mirada agravada.
-Pain, por favor, espera un poco más. El otro día hablé con él y… -explicó el pelinegro.
-No -contestó interrumpiéndole- Konan y yo ya llevamos varios meses sin ver a nuestro hijo, y por un lado estamos agradecidos de que se hayan ocupado tan bien de él ya que nosotros hemos tenido que irnos por trabajo, pero una vez aquí de nuevo lo más normal es que el hijo vuelva con los padres -dijo imperturbable.
-Pero… -comenzó a replicar Itachi, pero sintió como tanto Kohana como su madre le cogían del brazo para que se detuviera. Miró a su esposa y vio en ella una mirada de comprensión.
-Tú no querrías que separaran a Kenta de ti tanto tiempo, ¿verdad? Yo no, y por eso estoy de acuerdo con ellos -dijo Kohana sonriéndole vagamente a Konan que se la devolvió del mismo modo.
-Es cierto, cariño. Shou-chan ya ha hecho su trabajo; ahora ellos son los que tendrán que arreglar sus propios asuntos. No podemos seguir con esto más tiempo -dijo Mikoto acariciándole el brazo con cariño. Itachi bajó la vista, sus pensamientos divididos- Sé que quieres con locura a tu pequeño hermano pero él ya no es un crío y tiene que arreglárselas él mismo; bastante has hecho ya por él -siguió diciendo como si le estuviera felicitando el gran trabajo que había hecho. Itachi la miró con ojos brillantes, rindiéndose a su madre. Finalmente, asintió y se volvió a sentar.
-Llamaré a Sasuke y le diré que venga con Shouta. Le contaremos toda la verdad, a él y a Sakura -dijo finalmente con voz cansada.
-Gracias, Itachi -agradeció Konan, cogiendo del brazo a su marido, mirándole emocionada. Su hijo por fin iba a volver con ellos.
De repente escuchan que se abre la puerta de entrada apresuradamente. Todos se miran extrañados y antes de que alguien se levantara a ver qué pasaba, Sasuke se encontraba completamente agitado en la puerta del salón con Shouta en sus brazos.
-¡Sasuke! ¿Qué te ha pasado, tesoro? -reaccionó Mikoto preocupada por el estado de su hijo. Los demás se habían quedado tan sorprendidos de verle así y allí en aquellos momentos que no supieron cómo reaccionar.
-¡¿Dónde… Dónde está Sakura?! 

++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++

-¿Entonces… Sois vosotros los padres de Shouta? -preguntó sin poder creérselo después de que consiguieran tranquilizarle y que tanto él como ellos se contaran todo lo que pasaba y había pasado.
Pain y Konan asintieron, ya con Shouta en sus brazos. El pequeño reía ajeno a la grave situación en la que se encontraban los adultos.
-Dios… -dejó escapar angustiado, escondiendo su rostro entre sus manos.
Y se hizo un silencio bastante incómodo. Hasta que Itachi habló, mirando con decepción a su hermano:
-¿Te das cuenta lo que has conseguido? Ahora estoy completamente de acuerdo en que Shouta se vaya con sus padres. Yo, que siempre te he apoyado y ayudado y he estado siempre de tu lado, ahora me siento un idiota por darte consejos que a tu parecer son inútiles y te los has tomado como te ha dado la gana -dijo ganando enfado a medida que hablaba.
-Itachi, no… -dijo Mikoto intentando calmar a su hijo mayor. Sasuke no se movía.
-No, mamá, es exactamente lo que has dicho: ya es hora de que resuelva él sus propios problemas, porque de mí en este asunto no va a volver a tener más mi ayuda -terminó de decir y salió de la sala. Buscaría a su hijo Kenta que estaría jugando en el jardín y se entretendría con él; no soportaba ver a Sasuke en aquella situación.
-Hijo -llamó Fugaku, ya que Sasuke no reaccionaba.
Sin embargo, Sasuke se levantó con la cabeza gacha, sin mirar a nadie.
-Voy a buscar a Sakura -anunció y salió de la sala. Mikoto hizo un amago de seguirle pero Fugaku se interpuso.
-Déjalo, nosotros llamaremos a los padres de Sakura y la buscaremos por nuestra parte, ¿de acuerdo? -dijo con tono tranquilizador a su mujer.
Ella asintió y se dejó caer de nuevo en su sitio, profiriendo un sollozo de tristeza.

+++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++

Sasuke se detuvo un instante en su desesperada búsqueda por el cansancio. Llevaba horas buscando a la pelirrosa en los sitios que frecuentaba pero no estaba en ningún lado. Incluso había preguntado en el hospital y lo único que obtuvo fue la inminente amenaza de muerte de Tsunade y las compañeras de Sakura. 
Suspiró, tirándose de los pelos en un intento desesperado de aclarar toda aquella locura de situación.
Después de que Sakura se fuera del apartamento, Megan rápidamente le explicó cómo habían llegado a aquello. Por supuesto, no podía poner toda su confianza en ella pero en ese momento no quería darle más vueltas al asunto y supo que de una manera u otra él había tenido la mayoría de la culpa. Decidió dejar el asunto de Megan para más tarde. Le dijo que se fuera y rápidamente se puso en marcha para buscar a Sakura. Esa era su prioridad. Siempre lo había sido. Levantó con mucho pesar a Shouta, se despidió de Orus y se dirigió a casa de sus padres. La última vez también acabó yendo allí y si no era así, entonces dejaría a Shouta a cargo de sus padres y saldría a buscarla donde quisiera que estuviera. Pero cuando llegó allí se encontró con que Sakura no estaba allí y encima también con la verdad sobre los padres de Shouta, Pain y Konan, y la verdad en general. Eso fue lo último que se esperaba y no estaba preparado para una despedida más. Y Sakura tampoco lo sabía. Tenía que encontrarla y decírselo. Dios… Todo se había vuelto patas arriba en menos de un día y él estaba hecho un completo lío.
En ese instante su móvil comenzó a sonar. Como si fuera un resorte, descolgó rápidamente, esperando escuchar la voz que estaba buscando.
-¿Sasuke? Oye, ¿ha pasado algo? Tengo varias llamadas de Sakura y no me responde. ¡Oye! ¡¿Me escuchas?! ¡Te estoy preguntando si ha pasado algo!
La voz de Sasori retumbaba preocupada en sus oídos. No esperaba sentirse tan decepcionado como estaba. No era ella después de todo. Respiró hondo y se preparó para contestar a los gritos demandantes del pelirrojo.
-Escúchame, ahora mismo no te puedo contar los detalles, pero estoy desesperado y necesito encontrar a Sakura. Por una vez te voy a pedir que me ayudes y hagas lo posible por encontrarla.
-No hace falta que me lo pidas. Tengo parte de responsabilidad por no haberle cogido el teléfono cuando debía.
Y comenzó a mascullar cosas como “Rie, tonto, sexo” entre otras más. Era la primera vez que tenían una conversación sin intentar matarse el uno al otro y el hecho de que no se había opuesto a lo pedido le hacía tener cierta esperanza.
-Gracias -agradeció simplemente el pelinegro.
-Uf, qué grima me da que me agradezcas… Que no se te suba a la cabeza; lo hago por Sakura. Estoy seguro de que sea lo que sea que ha pasado para que desaparezca ha sido culpa tuya -dijo Sasori con tono entre burlón y acusador. 
No sabía cuánta razón tenía.

++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++

Sakura se levantó con un gran dolor de cabeza. Se llevó una mano a la frente para controlarse la temperatura pero no percibió ninguna subida de calor en su cuerpo. Tenía la boca seca, eso sí. Se incorporó en el colchón y se fijó que entre las persianas bajadas se filtraban pequeños rayos de luz. En la mesilla Juugo le había dejado un vaso de agua. Sonrió en agradecimiento y se lo tomó de un golpe. Se quedó unos instantes observando la habitación. Había fotos de Chiharu por todos lados: con animales, amigos, familia y sobre todo con Juugo. Era una habitación muy alegre, pensada para alegrar el humor de las personas que entrasen.
Notó que algo se subía a la cama y se le acercaba cuidadosamente. Sakura posó sus ojos en el gato que tenía frente a sí misma y que le devolvía la mirada. Ella extendió los brazos y el gato se acercó más hasta dejar que la chica lo abrazara y acariciase entre sus brazos.
Se levantó de la cama y decidió salir del cuarto. Se quedó deslumbrada unos instantes por la luz que provenía del salón y se dio cuenta de que era la luz del atardecer; había dormido casi un día entero.
-Buenas tardes -saludó un sonriente Juugo desde el sofá.
-Hola -saludó Sakura con una sonrisa.
Se acercó al sofá y el pelinaranja se echó a un lado para que se sentara.
-¿Chi-chan no está? -preguntó casualmente dejando al gato libre.
-No, se ha ido unos días con su familia -respondió del mismo modo Juugo.
Se hizo el silencio durante unos momentos muy largos.
-¿Tienes Paracetamol? Me duele un poco la cabeza -preguntó otra vez Sakura.
-Claro, ahora te lo doy -respondió automáticamente, levantándose para ir a la cocina.
Era una situación verdaderamente incómoda. Era normal ya que ella se había quedado a dormir en su piso sin ninguna razón aparente, apareciendo a las tantas de la madrugada. Sabía que le tendría que contar lo que había pasado pero no sabía si estaba dispuesta a recordarlo.
-Aquí tienes -dijo Juugo dandole una pastilla y otro vaso de agua.
-Gracias… Por todo -agradeció mirándole a los ojos.
-N-No es nada -contestó ruborizándose levemente y apartando la mirada.
Comenzó a sonar el móvil que estaba encima de la mesa del salón. Juugo se acercó y lo cogió mirando el nombre del que estaba realizando la llamada. Cuando vio quien era miró a Sakura, interrogante.
-Es Sasuke -anunció, esperando a que la chica le indicara qué hacer.
-No lo cojas, no, por favor -suplicó Sakura mirándole con expresión de dolor.
Nada más escuchar su nombre el cuerpo de la pelirrosa se convulsionó. Sentía una mezcla de sentimientos y emociones tan fuerte que no sabía qué hacer.
Juugo no dudó en colgar y al ver la reacción de Sakura supo que lo mejor sería que apagara el móvil para no ponerla más nerviosa. Sin embargo, su semblante estaba serio.
-Creo que es la hora de que me cuentes qué es lo que ha pasado -inquirió poniéndose en frente de ella con los brazos cruzados.
-Sí, de acuerdo -accedió la chica cabizbaja.
Juugo suavizó su semblante y se preparó para escucharla.

++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++

-Ese maldito… Mira que se lo advertí -murmuró Juugo al conocer la verdad del estado de Sakura.
Sakura se había quedado en silencio después de terminar. Ya se había hecho de noche y ninguno de los dos se había movido se su sitio hasta que Sakura se descargó de todos sus pensamientos. De hecho, ya era bastante tarde. 
-Por eso te pido que me dejes quedarme aquí, aunque sea solo unos días, sin decirle nada a nadie, por favor; necesito estar sola -rogó Sakura, aun sin levantar la mirada.
-No te preocupes, claro que te puedes quedar. Pero, ¿no sería mejor llamar a alguien para que sepa que estás bien? Se preocuparan mucho al no encontrarte e incluso puede que llamen a la policía -sugirió el chico.
-Hm -asintió Sakura. Llamaría a Tsunade y se lo diría. No quería llamar a sus padres porque sabía que se pondría a llorar y eso lo haría peor. Ya se encargaría su maestra.
-Bien -otro silencio más.
Sakura no se movía. Parecía como si hubiese sido golpeada por sus propias palabras y tuviera miedo de moverse por si otra vez se salían de control y volvían a atacarla. Juugo no soportaba verla así e instintivamente se acercó a ella para abrazarla. La chica se estremeció sorprendida pero se dejó hacer.
-Hace tiempo le declaré la guerra a Sasuke -comenzó a hablar el chico. Sakura levantó la cabeza, mirándolo expectante- Le dije que si te hacía daño se lo haría pagar y él… él me prometió que eso nunca iba a pasar -siguió contando ante la mirada sorprendida de Sakura.
-¿Por… por qué? -preguntó en un hilo de voz.
-Porque me gustas -declaró firmemente sin desviar su mirada. La pelirrosa se quedó sin palabras- Le dije que si pasaba eso, en ese momento, me quedaría contigo pasara lo que pasara, te cuidaría y sería mejor que él en todos los sentidos. Al final has sido tú quien has venido a mí, inconscientemente, pero así ha sido y aunque sé lo que ha ocurrido y lo mal que estás no puedo evitar sentirme, al menos, un poco feliz -dijo soltando una carcajada un tanto enfadado consigo mismo por ser tan egoísta. 
-No te culpes -dijo de repente Sakura- Todo el mundo busca su felicidad y ahora mismo, aunque me siento como lo peor del mundo, me hace sentir más aliviada saber que estoy haciendo a alguien feliz -dijo sonriendo levemente.
Aunque Juugo sabía que Sakura seguía amando a Sasuke, quería hacerle olvidar aunque fuera durante unos instantes su dolor. Y aunque no podía dejar de verse como una venganza, la besó. Se detendría si ella quería detenerle. No pondría ninguna objeción a eso. Sin embargo, si ella quería, le permitiría romper su corazón para que estuvieran a mano.
Sakura no podía creerse lo que estaba haciendo. Estaba besando a otro hombre que no era Sasuke. Se sentía como una basura… Pero quería olvidar, olvidarlo todo. Sabía que estaba utilizando a Juugo, que aquello era como una venganza personal, pero tenía que olvidar, olvidarlo todo. 
Cuando el ambiente comenzó a tornarse más pasional y la ropa comenzó a decorar el suelo, Sakura abrió los ojos y vio a Sasuke. Sabía que no era real pero su imagen estaba tan grabada en su mente que no podía ver otra cosa. Juugo miró cómo las lágrimas se le acumulaban en los ojos y se acercó a ella para limpiárselas con sus labios. Acto seguido, bajó por su cuello acariciando sus caderas. 
Sakura seguía con los ojos abiertos esperando a que el placer le hiciera olvidar, pero se quedó mirando un punto fijo del salón, sin saber realmente lo que estaba viendo. Hasta que un haz de conciencia se hizo hueco en su mente y le permitió ver una foto de Juugo y Chiharu, abrazados y sonriendo.
La chica se reincorporó rápidamente, apartando de sí a Juugo. 
-¿Sakura? ¿Qué pasa? -preguntó extrañado.
-No podemos hacer esto, no está bien, no por nosotros, sino por Chiharu; no podemos hacerle esto -dijo compungida. Había estado apunto de traicionar a una amiga aun sabiendo sus sentimientos por el pelinaranja. No quería que ella pasara por lo mismo.
-¿Chiharu? Pero ella… -replicó Juugo no muy convencido de lo que quería decir la pelirrosa.
-Ella te quiere, Juugo, te quiere de una forma diferente a la mía. No podemos hacerle esto; tú no puedes hacerle esto -dijo mirándole con cariño. Ante tal revelación, Juugo no podía decir palabra- Sabes que si hubiéramos seguido, tú hubieras salido herido y te agradezco de todo corazón que quieras arriesgarte por mí de esa manera pero yo no puedo permitirlo. Tanto Chiharu como tú sois unos amigos muy preciados para mí, y yo en mi desesperación he estado a punto de echar a perder esa relación. Lo siento -se disculpó haciendo una reverencia.
-Yo… Etto… Guau… Creo que tengo que pensar en todo esto un poco más, pero ya estaba preparado para que me rechazaras así que no tienes que disculparte cuando en tu situación es comprensible y yo ya estaba decidido a hacerlo a pesar de las consecuencias -dijo anonadado, dejando salir una sonrisa atontada- Y lo de Chiharu… No me lo esperaba, yo…
Sakura rió por lo bajinis, enternecida por aquel Juugo tan avergonzado- Lo único que tienes que hacer cuando vuelva es darle un beso y seguramente ya te des cuenta de todo -dijo divertida.
-¡¿Qué?! -exclamó totalmente rojo.
Y dejando escapar su risa, Sakura pudo olvidarse de todo por unos instantes.

++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++

-¡Eh! -exclamó Sasori acercándose a Sasuke en la calle.
El pelinegro se dio la vuelta- ¿Qué haces aquí? -preguntó molesto.
-Tan agradable como siempre… -inquirió el pelirrojo poniendo los ojos en blanco.
-¿Sabes ya algo? -preguntó Sasuke dejando sin importancia el asunto de saber cómo le ha encontrado.
-La verdad es que sí, y el hecho de que tú no lo sepas es seguramente que Sakura no quiera que lo sepas -respondió mirándole de reojo.
Sasuke no supo que responder a aquella directa.
-Llamé a su madre esta mañana para preguntarle y me dijo que había recibido una llamada de la maestra de Sakura diciéndole que ella estaba bien y que no estaría disponible durante unos días, que no la buscásemos y que no nos preocupáramos. No le ha dicho nada de dónde está quedándose -informó Sasori un tanto nervioso, removiéndose en su sitio.
-Ya veo… Me conformo con saber eso -contestó Sasuke.
-¿Y ya está? No me digas que te vas a rendir -espetó asombrado.
-Te agradezco que me hayas buscado para decírmelo -dijo sin contestar a la pregunta y se dio la vuelta para marcharse.
-¡Oye! -exclamó Sasori, sin seguirle- ¡Me sigues cayendo mal pero sé que eres el único que hace feliz a Sakura, así que más te vale recuperarla! -gritó firmemente sin tener en cuenta a la gente que pasaba a su alrededor.
Vio cómo el pelinegro levantaba una mano y se despedía de él con un gesto.
Sasori sonrió.

No hay comentarios:

Publicar un comentario