Resumen
2 personas que se odian + un bebé llorón = Un problemón muy llorón.
Esa es la situación de Sasuke y Sakura, dos jóvenes enfrentados por sus diferencias.
Sakura Haruno, una chica de 25 años que vive en la ciudad de Osaka en Japón, es transferida a la gran ciudad de Tokio para trabajar como médico profesional en el mejor hospital de la ciudad. Sólo tiene un problema: ni su familia ni ella tienen el suficiente dinero como para comprarse ni siquiera un pequeño apartamento. Por eso decide compartir piso…
Sasuke Uchiha, un chico de 26 años que vive en la ciudad de Tokio, es propietario empresario de las grandes E.M.U (Empresas Mobiliarias Uchiha) junto con su hermano mayor Itachi Uchiha quien se encarga también de la empresa desde EE.UU. Se verá obligado a compartir su tranquilo y preciado apartamento con una verdadera “molestia”, según él…
Toda esta situación se complica cuando alguien deja al pequeño Shouta de casi 2 años de edad delante de la puerta de su apartamento.
Esta historia será una comedia romántica, donde los tríos amorosos e incluso los “cuartetos amorosos” pondrán a prueba la complicada relación que hay entre estos dos personajes, acompañados por situaciones divertidas y alocadas.
Parejas que aparecerán en esta historia:
-SasuSaku (Pareja principal)
-NaruHina
-ItaKo (Itachi y Kohana “personaje inventado por mí”)
-PainKon (Pain y Konan)
-SuiKa (Suigetsu y Karin)
-SasuKa (Sasuke y Karin, lo siento T.T a mí también me ha costado admitirlo)
-SasoSaku (Sasori y Sakura)
-JuuSaku (Juugo y Sakura)
domingo, 3 de noviembre de 2013
"¡Un problemón muy llorón!" <> CAPÍTULO 17
-Dale tiempo. Seguro que acabará por comprender la situación –aseguró con gesto tranquilizador la pelinegra.
Sakura bebió un poco de café. Después dejó la taza sobre el pequeño plato y volvió a suspirar. Desde que Sasori se fue del apartamento, hacía casi un mes, no le había vuelto a ver y aun menos había escuchado ninguna palabra de él. Le había llamado miles de veces y él no se lo cogía; ni siquiera le devolvía las llamadas. Entendía que no lo hiciera. También que necesitaba tiempo pero no dejaba de pensar que ella había tenido la culpa. Por eso quería hablar con él, pero no parecía posible en esos momentos.
Hinata le dio un pequeño apretón en la mano que tenía extendida sobre la mesa, como muestra de apoyo. Sakura sonrió levemente, agradecida. Ambas se encontraban en la cafetería del hospital tomando un pequeño descanso. Sakura podría irse dentro de un rato ya que había sido llamada fuera de su horario de trabaja para una emergencia y había hecho horas extra. Tuvo que dejar una nota a Sasuke en medio de la noche para no tener que despertarle. Le hubiera encantado quedarse acurrucada junto a él hasta que despertase. Maldito trabajo.
-¡Sakura! –exclamó la voz autoritaria y potente de la directora del hospital.
La pelirrosa se dio la vuelta en su asiento y vio cómo su jefa atravesaba la estancia con paso decidido y gesto serio. Llevaba la bata blanca que diferenciaba a los médicos de los enfermeros puesta, al igual que ella. Sakura no se alarmó. Ya conocía suficientemente bien a su superior como para saber que siempre mostraba aquel porte enfadado.
-¿Ocurre algo Tsunade-sama? –preguntó con tono y rotro calmados.
-El chico Uchiha –dijo directamente parándose delante de ella, poniendo sus brazos en jarras. Sakura alzó una ceja- Sasuke Uchiha está esperándote en la entrada –Sakura abrió los ojos sorprendida- Te agradecería que, ya que vas a irte ahora, le dijeras que dejara de venir sin avisar. Está desconcentrando a mi personal –exigió frunciendo levemente el ceño.
Sakura se levantó inmediatamente de la silla y apuró al límite su café. Le dio un beso en la mejilla a Hinata como despedida y agradeció a Tsunade el aviso con otro beso. La rubia suavizó el gesto y sonrió dulcemente. Le recordaba tanto a ella de joven…
Sakura fue a su despacho para coger su bolso y bajó por las escaleras en vez de coger el ascensor. Cuando llegó a la recepción se encontró con un pelotón de enfermeras mirando por las cristaleras de la entrada, como si algo extraordinario hubiera allí fuera. Y no se equivocaba: Sasuke estaba allí, vestido con su elegante traje negro y su corbata a juego. Llevaba puestas sus gafas de sol Ray-Ban, ocultando sus ojos de los rayos del sol de febrero. Estaba apoyado en su Audi con los brazos cruzados, una pose despreocupada. Ahora entendía el porqué de la desconcentración del personal.
-Yo que tú saldría ahora mismo si no quieres que alguna se abalance sobre él –dijo en tono sarcástico una mujer de pelo corto y oscuro a sus espaldas.
-Tranquila, Shizune-san –respondió con una sonrisa divertida- ¿Por qué crees que no ha entrado? –preguntó con tono cómplice haciendo reir a Shizune.
Se despidió de ella y atravesó la puerta de entrada bajo las muchas miradas envidiosas que las enfermeras le mandaban. Mientras bajaba las escaleras se fue quitando la bata blanca y soltándose la improvisada coleta que se había hecho para que no le estorbara. Sasuke sonrió de lado al verla y se acercó un poco a ella. La pelirrosa le sonrió una vez que atravesó el trozo de carretera que había para las ambulancias y aceleró el paso.
-Menos mal, pensaba que iba a tener que entrar a preguntar por ti, con todas esas enfermeras acosándome –dijo Sasuke con una carcajada, atrayéndola hacia él rodeando su cintura con un brazo. Sakura rio mientras sentía los labios de Sasuke posarse en los suyos.
-¿Qué haces aquí? –preguntó Sakura sonriente.
-Recogerte –respondió con tono obvio- Quiero que tengamos un día “pre-San Valentín”, ¿qué me dices? –dijo entrelanzando sus manos en la cintura de Sakura.
-No me parece mala idea… “San Valentín doble”, suena bien –dijo con voz juguetona, colcándose del cuello de Sasuke y besándole- Siento haberme ido esta noche –susurró deleitada por los labios del pelinegro.
-Hmp, no importa. Tenemos este “no San Valentín” para remediarlo –conestó rozando con su nariz suavemente el aterciopelado cuello de Sakura.
-Espero que esto no sea una excusa para que mañana no celebremos San Valentín –dijo divertida apartándose un poco de él.
-Oh, para nada. Mañana será mucho mejor –aseguró Sasuke con una sonrisa traviesa. Le dio un último beso y deshizo el abrazo- Vámonos que me siento observado –dijo irónico señalando con la cabeza a las cristaleras donde se amontonaban las enfermeras con visible aura asesina.
Sakura rio nerviosa y pensó en que iba a hacer al día siguiente con tanta mirada puesta en ella. Dejó automáticamente de cavilar sobre ello cuando Sasuke le abrió la puerta del coche para que entrara.
Sonrió.
Después de todo, tenía un novio extraordinario.
++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++
-¡Atsui! –se quejó Sakura levemente al sentir el agua tan caliente.
Volvió a meter poco a poco el pie en el agua y fue acostumbrándose a la temperatura. Se metió completamente en la amplia bañera y dejó escapar un suspiro de satisfacción. Sentía cómo los relajantes chorros de agua le masajeaban el cuerpo mientras se colocaba bien el pelo recogido y miraba por los grandes ventanales el hermoso atardecer tras el Monte Fuji.
Como regalo de San Valentín, ambos habían decidido darse el gustazo y el capricho de reservar la Suite Presidencial de uno de los hoteles de Tokio más lujosos: el Hotel Mandarín Oriental. Todo un día entero para ellos solos.
El día anterior, Sasuke la había llevado a Kairakuen, uno de los tres jardines más hermosos del país. Se estaba dando la floración de los árboles de ume (ciruelas de Japón) y era increíblemente bello. En la zona alta del jardín se podía observar una panorámica de toda la ciudad de Tokio. Pasaron un rato muy romántico pero les duró poco porque pronto llamó Mikoto para que fueran a recoger a Shouta, ya que ella y Fugaku tenían una comida importante que presenciar. Por la noche, decidieron que se tomarían el día siguiente de descanso y allí estaban, celebrando San Valentín.
-¿Puedo unirme? –preguntó la profunda voz de Sasuke desde la puerta del lujoso cuarto de baño.
Sakura giró su cabeza para mirarle con una sonrisa divertida. Desnudo y apoyado en el marco de la puerta, el pelinegro esperaba una respuesta con una mirada traviesa-. Como si no lo fueras a hacer sin mi permiso –contestó sarcástica, comiéndoselo con los ojos.
Sasuke sonrió tenuemente y se adentró en el baño con paso lento y elegante. Cuando llegó a la bañera, Sakura se movió hacia delante para dejar un hueco. El chico se metió cuidadosamente en la cálida agua e inmediatamente capturó en su abrazo el cuerpo de la chica.
Sakura sintió los labios de Sasuke recorrerle el cuello, dejando pequeños mordiscos placenteros. Suspiró y echó la cabeza hacia atrás, apoyándola en hombro de Sasuke. Las manos de ambos jugueteaban las unas con las otras debajo del agua y sus piernas se rozaban causando un sentimiento de relajación y excitación. Llevaban todo el día encerrados en la habitación, con orden expresa de no molestarles en ningún momento. Habían apagado sus móviles y se habían desconectado del mundo exterior. No querían saber nada de nadie, excepto de ellos dos (aunque sí estaban un poco pendientes de si le ocurría algo a Shouta). Desde que volvieron de Sapporo, la pareja había vuelto a sus respectivos trabajos y solo podían estar juntos en pocos momentos a lo largo del día; por la noche ya estaban demasiado cansados como para disfrutar de tiempo juntos. Así que aquel día era excepcional.
-Ah, se siente como si hubiéramos estado así mucho tiempo –dijo Sakura en tono soñador, con los ojos cerrados.
-Quizá los dos años que hemos vivido juntos entre disputas y peleas, hayan tenido algo que ver en que este año fuera diferente –dijo Sasuke recordando los pasados últimos dos años.
-Sí, bueno, a la tercera va la vencida, ¿no? –dijo a su vez Sakura riéndose con la relación que había entre la frase hecha y el presente. Escuchó la suave carcajada de Sasuke en su oído- O a lo mejor ya me gustabas desde el principio –susurró ladeando la cabeza, apoyando su frente en el ancho cuello de Sasuke.
-O a lo mejor no me quería dar cuenta de lo que sentía –susurró Sasuke pensando en la primera vez que vio a Sakura.
Ambos se quedaron en silencio, viendo el hermoso paisaje que había detrás de las cristaleras, viendo cómo los últimos rayos de sol daban la bienvenida a la noche.
-Cierra los ojos –dijo de repente Sakura.
-¿Hn?
-Que cierres los ojos –repitió con voz cansina dándose la vuelta entre los brazos de Sasuke- Vamos, que no te voy a hacer nada –inquirió impaciente.
Sasuke suspiró con pesadumbre y cerró finalmente los ojos- Espero que no sea ninguna de esas bromas tontas y cursis de enamorados, o algo parecido porque… -fue interrumpido por la entrada de algo pequeño en su boca. Abrió rápidamente los ojos y se encontró a Sakura sonriéndole en la otra punta de la bañera con un bombón de chocolate en la mano- ¿Chocolate? Ya veo. Por eso querías que cerrara los ojos –dijo con el ceño fruncido, pasándose el bombón de un lado a otro de la boca.
-Mooo, Sasuke-kun, no te enfades. Si no hubieras cerrado los ojos seguro que no te lo hubieras comido porque ya sé que no te gusta demasiado lo dulce –dijo apenada, como si fuera una niña pequeña que había hecho algo malo y se estaba excusando- Además, tienen menta y eso sí que te gusta –finalizó volviendo a sonreir y metiéndose el bombón en la boca se acercó a él- Feliz San Valentín, Sasuke-kun –felicitó en tono alegre y después le besó con pasión.
Sasuke degustó el fuerte y refrescante sabor de la menta mezclado con el dulzor del chocolate y pensó que no estaba nada mal. Hacían una buena combinación.
Tanto como Sakura y él.
++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++
-¡Ohio gosaimasu! –saludó Sakura entrando en la clínica veterinaria con Shouta en el carrito y Orus atado con la correa a uno de los mangos.
-¡Hojaiyo gochaimachu! –repitió la voz gritona y dulce de Shouta.
-¡Ohio, Sakura-san, Shou-chan! –saludó alegremente Chiharu con una bata blanca detrás del demostrador.
-Siento mucho haber llegado un poco tarde a la revisión de Orus pero Sasuke no me ha podido traer y he tenido que coger un taxi –dijo con pesadez mientras dejaba su bolso en uno de los sillones de la sala de espera.
-No te preocupes que Juugo-kun todavía no ha terminado con el último cliente –tranquilizó con una amable sonrisa la pequeña chica.
-Está bien entonces –dijo Sakura cogiendo a Shouta del carrito, sentándolo en el mostrador. Orus se sentó a esperar su turno, como si supiera aqué había venido- ¿Qué haces? –preguntó la pelirrosa mirando el libro que estaba leyendo Chiharu.
-Estoy leyendo un libro sobre Educación Vial. Estoy sacándome el carnet de conducir –anunció la morena con un poco de vergüenza. A esta edad casi todo el mundo sabía conducir. Seguro que Sakura también.
-¿En serio? Sería buena idea que yo también aprendiera a conducir –dijo suspirando. Chiharu se sorprendió- Sasuke no puede estar pendiente de mí todo el tiempo y Tokio es una ciudad tan grande… -pensó Sakura mordiéndose el labio inferior, como si estuviera sopesando la posibilidad.
-Pensaba que sabías conducir –dijo sorprendida Chiharu haciendo que Sakura hiciera una mueca de negación.
-Hasta ahora no he tenido ni el tiempo ni los medios para poder sacarme el carnet –explicó tranquilamente mientras le ponía el tapón a un boli que Shouta había cogido para que no se pintase la ropa.
-¿Y por qué no te apuntas a mi academia? Son tres horas a la semana por la tarde y los exámenes los realizas cuando tu quieras y estés preparada –dijo Chiharu emocionada por poder tener una nueva compañera.
-¿Cómo se llama la academia? Iré a preguntar por los horarios e información para ver si los puedo compatibilizar con el trabajo, aunque lo más seguro es que me apunte de todos modos. Es una necesidad –dijo guiñándole un ojo.
-De acuerdo, ahora mismo te apunto el nombre y la dirección en un papel –dijo Chiharu dándose la vuelta, buscando un boli con el que escribir pero no encontraba ninguno hasta que reparó en el que tenía Shouta en la “boca”. Sakura miró en la misma dirección y vio el boli lleno de babas en manos del infante.
-¡Shou-chan! Eso no se come pequeño, trae –riñó suavemente pero con voz seria mientras se lo quitaba de las rechonchas manitas. Shouta bajó la mirada, arrepentido.
-Gomenachai –se disculpó con una vocecita culpable.
-¡No pasa nada Shou-chan! ¡Mira! ¡Ya no está sucio! –dijo Chiharu acariciándole la cabecita mientras con la otra limpiaba el boli que le había dado Sakura en su bata.
El pequeño aplaudió contento mientras dejaba ver una sonrisa con varios dientecillos blancos. En ese momento, la puerta de la sala de revisiones se abrió dejando pasar a un hombre de avanzada edad cargando a un peludo y lindo gato blanco dormido en sus brazos, y a detrás de él al inconfundible Juugo. Le dio algunas últimas indicaciones al hombre con gesto amable y después se despidió de él. Sakura y Chiharu saludaron al señor y Orus se tensó al ver salir a su enemigo natural por la puerta. El gato, a su vez, abrió un poco los ojos y le bufó desde fuera. Orus le gruñó y después le perdió de vista.
-Tranquilo, amigo –calmó Juugo a Orus dándole unas palmaditas en la cabeza. Orus reconoció su voz y volvió a ponerse de buen humor- Hola, Sakura-san, Shouta-chan –saludó a ambos con una sonrisa. Chiharu se fijó en que Juugo miraba con ojos tristes a Sakura.
-Konnichiwa, Juugo-kun –saludó Sakura contenta.
-Aquí tienes, Sakura-san –dijo Chiharu tendiéndole una nota con los datos de la autoescuela.
-Arigatou –agradeció mientras se la metía en un bolsillo del pantalón.
-¿Y eso? –preguntó curioso- Qué estaréis planeando… -supuso Juugo sonriendo con sospecha.
Ambas se miraron con ojos cómplices-. Estamos planeando robar el banco central y darnos a la fuga –dijo con convencimiento Chiharu. Juugo levantó una ceja con incredulidad. Volvieron a mirarse y comenzaron a reírse.
-En realidad, Chiharu-chan me ha dado la dirección de su autoescuela. Voy a aprender a conducir –explicó finalmente Sakura.
-Ah, ya decía yo… No puedo imaginarme a Chi-chan vestida de ladrón –dijo divertido mientras le revolvía el pelo a su amiga. Chiharu le devolvió una mirada sonrojada y le sacó la lengua de forma infantil- Cuida de ella en las clases: es muy despistada –pidió Juugo sonriéndole mientras que la otra se sonrojaba aún más de la vergüenza.
-Claro, déjamelo a mí –aseguró Sakura guiñándole un ojo.
-¡Moo! Sakura-san, no le sigas el juego –se quejó Chiharu haciendo un puchero. Shouta al verla así, la imitó y miró a Sakura y a Juugo de la misma manera que la morena. Ambos se miraron y rieron a carcajadas.
Después de un rato, mientras examinaban a Orus el pelinaranja preguntó:
-Y… ¿qué tal te va con Sasuke? –preguntó intentando no sonar triste.
-Muy bien, gracias; aunque ahora que hemos vueltoa nuestras rutinas diarias se nos hace difícil pasar tiempo juntos –informó Sakura haciendo una mueca de disgusto.
-Oh, vaya, debe ser un poco difícil encontrar un hueco libre en el trabajo –afirmó Juugo terminando de examinar a Orus.
-Sí, pero los momentos que podemos estar juntos los disfrutamos al máximo –dijo Sakura sonriendo dulcemente, recordando esos momentos de los que hablaba.
Juugo sintió cómo un nudo se le formaba en el estómago. Apartó la mirada y se encaminó hacia la papelera para tirar los guantes-. Ya está –dijo con voz un tanto dura.
Sakura se dio cuenta y le miró preocupada-. ¿Pasa algo? –preguntó.
-No, nada. Orus está perfectamente –anunció intentando corregir su despiste anterior.
-De… acuerdo –asintió poco convencida, pero se le pasó cuando vio sonreir de nuevo al pelinaranja.
Salieron todos por la puerta y vieron a Chiharu hablando con otro cliente. Sakura se despidió de ella con un movimiento de mano y fue acompañada por Juugo hasta la salida.
-Bueno, nos volveremos a ver en la próxima revisión. Tal vez le diga a Sasuke que cuando estemos libres te llame para tomar algo juntos, ¿nee? –propuso Sakura con gesto cariñoso.
-Estaría bien –aceptó. Luego se puso más serio- Me alegro de que Sasuke y tú estéis bien y seáis felices. Dile que te cuide: mujeres como tú no hay muchas –dijo mirándola intensamente dejando sorprendida a Sakura.
-… -la pelirrosa no sabía que decir. Un extraño silencio se acopló entre ellos.
-¡Juugo! –llamó Chiharu desde dentro de la clínica.
-Me tengo que ir. Cuídate –se despidió Juugo con una leve sonrisa.
-Igual… -reaccionó por fin Sakura. Juugo desapareció tras la puerta de entrada- …mente.
Un momento.
¿Qué era lo que acababa de ocurrir?
:oooooooo, estuvo chido, la verdad es que lo ultimo que paso yo lo tomaría como un deja-vu (creo que así se escribe XD), me gusto el capi, y como ame a Shouta, es tan TIERNO, me lo voy a comer a besos!!!! (?) Bueno, me despido, Sayonara :3
ResponderEliminarSip, el final es similar a un dejà-vu xD
EliminarYo soy Sakura y pensaría que por qué le parece que a nadie (a Sasori y a Juugo, obviamente) le gusta la noticia de su relación con Sasuke :P
Shouta sigue sin aprender a pronunciar la "s" pero ya sabe saludar y disculparse (tan moe :333)
Me alegro muchísimo que te haya gustado y siento que haya tardado tanto u.u
Espero que no tarde mucho en escribir el siguiente ^^
Muchos besos,
Helena-chan *w*