Resumen

2 personas que se odian + un bebé llorón = Un problemón muy llorón.

Esa es la situación de Sasuke y Sakura, dos jóvenes enfrentados por sus diferencias.

Sakura Haruno, una chica de 25 años que vive en la ciudad de Osaka en Japón, es transferida a la gran ciudad de Tokio para trabajar como médico profesional en el mejor hospital de la ciudad. Sólo tiene un problema: ni su familia ni ella tienen el suficiente dinero como para comprarse ni siquiera un pequeño apartamento. Por eso decide compartir piso…

Sasuke Uchiha, un chico de 26 años que vive en la ciudad de Tokio, es propietario empresario de las grandes E.M.U (Empresas Mobiliarias Uchiha) junto con su hermano mayor Itachi Uchiha quien se encarga también de la empresa desde EE.UU. Se verá obligado a compartir su tranquilo y preciado apartamento con una verdadera “molestia”, según él…

Toda esta situación se complica cuando alguien deja al pequeño Shouta de casi 2 años de edad delante de la puerta de su apartamento.

Esta historia será una comedia romántica, donde los tríos amorosos e incluso los “cuartetos amorosos” pondrán a prueba la complicada relación que hay entre estos dos personajes, acompañados por situaciones divertidas y alocadas.

Parejas que aparecerán en esta historia:

-SasuSaku (Pareja principal)

-NaruHina

-ItaKo (Itachi y Kohana “personaje inventado por mí”)

-PainKon (Pain y Konan)

-SuiKa (Suigetsu y Karin)

-SasuKa (Sasuke y Karin, lo siento T.T a mí también me ha costado admitirlo)

-SasoSaku (Sasori y Sakura)

-JuuSaku (Juugo y Sakura)

miércoles, 16 de abril de 2014

"¡Un problemón muy llorón!" <> CAPÍTULO 19 (2ª TEMPORADA)

Sasuke……… Sasuke…… Sasuke… Sasuke…
El pelinegro abrió los ojos de repente encontrándose con los ojos esmeraldas de Sakura.
-Ohayo –saludó con una sonrisa la chica, tal y como lo hacía todas las mañanas.
-Hmp –respondió adormilado, frunciendo el ceño y tapándose con un brazo los ojos para protegerlos de la dañina luz de la mañana que entraba por la enorme ventana que abrió Sakura sin ningún cuidado.
-Hoy me ha costado despertarte más de lo normal. Es extraño levantarme y no encontrarte desayunando y listo para irte a trabajar –explicó mientras se peinaba el largo pelo rosado delante del tocador. Le miró através del espejo- ¿No estarás trabajando hasta tarde, verdad? –preguntó con reproche en su voz mientras veía como Sasuke se desperezaba. La mayoría de los días se tiraba el día trabajando de la noche al día, además de los ratos que cuidaba a Shouta, y estaba preocupada por sus horas de sueño.
-Ayer me quedé un poco más porque tenía que preparar una reunión para hoy a primera hora, y se me hizo tarde, nada más –explicó sentándose en el borde de la cama, alborotándose aun más el pelo. Se fijó en la mirada de reproche que la pelirrosa le mandaba desde el espejo. Suspiró y se acercó a ella para dejar un delicado beso en su aterciopelado cuello- No te preocupes, solo ha sido esta noche –la tranquilizó susurrándole al oído. Sintió que el cuerpo de la chica se estremecía con su contacto. Sonrió de lado y se separó de ella para meterse en el cuarto de baño.- Además estoy más preocupado por ti: últimamente haces muchas guardias por la noche. ¿No estás cansada? –preguntó desde el baño.
-Es agotador, sí. Pero sabes que necesito pocas horas de descanso para reponerme, no como uno que yo me sé –inquirió levantando la voz en la última frase con claro significado enfático hacia él.
Sonrió al escuchar el gruñido de Sasuke en el baño. Era como un ogro, siempre malhumorado y gruñendo. Pero era muy gracioso y divertido, y muchas veces, infantil.
Terminó de cambiarse y fue a su habitación a coger una barra de labios que tenía guardada desde hace tiempo. Todavía mantenía ciartas cosas en la habitación que había sido suya por dos años pero la mayoría de la ropa la había trasladado al enorme armario de Sasuke. Prácticamente desde que comenzaron a salir, compartían la misma habitación: la enorme y espaciosa habitación principal. La verdad es que ese hecho hacía que se ilusionase de más y lograba sacarle una sonrisa tonta cada vez que pensaba en ello.
-¡Oru! ¡Oru! –escuchó la jovial vocecilla de Shouta llamar al gran perro.
Los imponentes pasos de Orus andando rápidamente por el pasillo se hicieron presentes en el apartamento. Se adentraron en el cuarto del pequeño y acto seguido se escucharon las dulces risas del bebé. Sakura soltó un pequeño quejido al saber con certeza que Orus estaba baboseando a Shouta con su gigantesca lengua. Guardó el pintalabios en el bolso y salió de la habitación para entrar en la de enfrente. Allí vio lo que se temía y se dispuso a apartar al canino de la cuna. Orus se había convertido en un cachorro de casi medio metro que casi podía colar su gran cabeza por encima de la cuna. Y eso que solo habían pasado 4 meses desde que se lo quedaron. Por supuesto, era un gran perro: tierno y juguetón, a la vez que tranquilo e inteligente. Si hubiera sido una persona hubiera sido un bonachón fácil de querer.
-Vamos, chico, que lo vas a empapar –dijo Sakura interponiéndose entre él y la cuna.
-Jajajaja, papar, papar –repetía riéndose Shouta sentado en la cuna. Por supuesto, su cara parecía uno de los juguetes de Orus después de haberlo utilizado.
Sakura suspiró a la vez que sonreía con cansancio- Shou-chan, mírate, ni siquiera los perros pueden evitar achucharte –dijo cogiéndolo en brazos y secando supequeña cara con una toallita.
-Shou-tan, mamá Jakura, chuchar –dijo Shouta acercando su cara a la de Sakura para darle un sonoro beso en la mejilla.
-¡Kya! ¡Te voy a comer con patatas fritas! –chilló emocionada la pelirrosa mientras lo abrazaba con entusiasmo.
-¡Joder! Se suponía que tenías que llevarme tú a la reunión… Sí, pero Suigetsu ya debe de estar allí… Da igual, solo llega lo más rápido que puedas y di que me retrasaré unos minutos… Cállate, dobe… Venga, adiós –hablaba molesto el pelinegro por el pasillo.
Sakura supuso que había sido Naruto quien había llamado: era el único que podía sacar de sus casillas a Sasuke nada más levantarse.
-¿Algún problema? –preguntó la chica siguiéndole por el pasillo con Shouta en brazos. Orus los seguía moviendo la cola.
-Naruto no puede llevarme a la reunión –dijo entre dientes- Mierda, justo cuando queda media hora… Supongo que tendré que llamar a un taxi –dijo como si estuviera hablando para él.
-Ejem, se te olvida que tengo coche –Sakura carraspeó la garganta para ganarse su atención.
Sasuke se dio la vuelta y la miró como si fuera la primera vez que la veía. Sakura levantó una ceja, preguntándose si se lo estaba tomando a broma o realmente lo estaba considerando. Ella estaba muy contenta con su Mini Cooper rojo y cada vez que podía lo cogía. Suponía que su opción era la más rápida, ya que esa semana el Audi A6 de Sasuke estaba en la revisión anual obligatoria y estaba sin coche.
-Está bien, date prisa –aceptó el pelinegro mientras caminaba a paso rápido hacia la cocina con Orus detrás.
-Cambio a Shouta y salimos –respondió emocionada, dándose la vuelta para entrar en el cuarto de Shouta.
Fuera se eschuban las maldiciones de Sasuke y los alegres ladridos de Orus. Sonrió. Como cada mañana, Orus le estaría dando los buenos días a Sasuke.
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-Parece que ya ha llegado –dijo con voz tranquila un hombre de ojos negros rasgados, pelo gris y mascarilla.
Observaba desde el ventanal de la sala de reuniones un Mini que acababa de pararse justo delante del edificio. De él salió Sasuke con su maletín en la mano, deprisa para no llegar más tarde. Dentro se podía ver a una preciosa señorita de pelo rosa que se despedía con una sonrisa. Sasuke entró en el edificio.
-Ya te lo dije, Kakashi-sensei. Sasuke no se retrasa más de cinco minutos nunca –explicó Naruto sentado en uno de los cómodos sillones que rodeaban una gran mesa de madera oscura.
-Menos mal. Pensaba que había cogido mi costumbre de llegar tarde –respondió divertido, dándose la vuelta y encarando a todos los presentes allí, sobre todo, deteniéndose en la mujer que presentaba la mesa.
Megan sonrió impaciente. Hoy comenzaría todo.
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-Hey, Suigetsu, deja de coquetear y vayámos a la reunión –ordenó Sasuke pasando rápidamente por la recepción después de saludar cortésmente a algunos empleados que había en la entrada.
El mencionado dejó salir un suspiro de exasperación mientras se incorporaba de la mesa de trabajo de Karin. La pelirroja de colocó bien las gafas y se removió en su asiento, incómoda y un tanto avergonzada. Suigetsu había bajado de la sala de reuniones para esperar a Sasuke y claro, no había podido pasar la oportunidad de juguetear y coquetear con su novia en el trabajo. Era demasiado “morboso” como para no hacerlo, fue lo que dijo el chico de ojos violetas.
-Te recojo para comer –dijo Suigetsu alejándose de su mesa, guiñándole un ojo.
Entró en el ascensor justo cuando sus puertas se estaban cerrando con Sasuke dentro. Éste no había hecho nada para detenerlas y Suigetsu casi queda aplastado por ellas.
-Muchas gracias, ¿eh? –reprochó poniéndose a su lado mientras se colocaba bien la chaqueta del traje.
-Hmp –la indiferencia de Sasuke se mezclaba con su mal humor.
-¿Ni siquiera un “buenos días”? –preguntó intentando hacer que hablara.
Sasuke le miró con cara de <<¿de verdad crees que es un buen día?>> y el peligris se rindió. Cuando su amigo llegaba así al trabajo era mejor no molestarle, aunque también sacaba algo bueno de ello: su mal humor hacía que consiguiera cualquier cosa que se le presentara en el día, desde afiliaciones, fusiones, tratos y asociaciones con grandes empresas internacionales, como la de aquel día.
Se abrieron las puertas del ascensor y caminaron rápidamente por el pasillo hasta llegar a la puerta de la sala de reuniones. Sin llamar y con gran seguridad y determinación, Sasuke entró en la sala seguido de su abogado (Suigetsu) haciendo que todos los presentes se levantaran para saludarle.
Se fijó en la presencia de su antiguo maestro pero lo primero era saludar al CEO de la futura empresa asociada. Reparó justo enfrente de él a una bella mujer de claros rasgos occidentales, pelo castaño corto y ojos grises oscuros. Llevaba un atuendo elegante pero desenfadado y su gesto delataba una gentil pero fuerte impaciencia.
-¿Señorita Megan Fletcher? Soy Sasuke Uchiha, CEO de E.M.U, encantado de conocerla –se presentó el pelinegro en un perfecto inglés.
-Igualmente, Uchiha-san –respondió igual de bien en japonés. Se saludaron con un apretón cordial de manos y una pequeña sonrisa educada.
-Me alegro de volver a ver después de tanto tiempo a otro de mis aventajados alumnos –escuchó decir desde atrás a Kakashi a modo de saludo.
-Y yo de que hayas llegado antes que yo –respondió en un tono burlón acercándose a él y recibiendo un caluroso abrazo de su parte.
Kakashi había sido el que había guiado a Naruto y a él cuando hicieron el máster de administración de empresas en la universidad. El peligris les había cogido un cariño especial durante ese tiempo y les ayudó mucho a desenvoverse correctamente en Inglaterra, donde consiguieron una beca para estudiar allí sus últimos años de carrera. El mayor había sido CEO de una multinacional de hoteles que más adelante fue fusionada a la Empresa Mobiliaria Fletcher, de la cual Megan era CEO, y se convirtió en vicepresidente. Y aquel día estaban allí reunidos para asociarse y formar un enorme y próspero complejo inmobiliario que haría sombra a muchos otros.
La reunión se desarrolló con éxito y pronto las negociaciones llegaron a buen puerto. Ambos CEO se admiraron de la destreza del otro en su trabajo y hubo buen ambiente en la sala. Sasuke se asombró al darse cuenta de que Megan y él eran muy parecidos en cuanto a la forma de pensar y hacer las cosas, y eso sólo hizo las cosas más fáciles. En cuanto los vicepresidentes de ambas empresas (Kakashi y Naruto) hubieron firmado el contrato redactado por los abogados (Suigetsu y un hombre corpulento y de gesto serio llamado James) la reunión acabó. Quedaron en verse a la mañana siguiente para la rueda de prensa y hacer pública su fusión empresarial.
-Me gustaría visitar la empresa más a fondo, ¿le importaría ser mi guía, Uchiha-san? Si no es mucha molestia –dijo Megan una vez la sala se fue vaciando.
-Por supuesto, será un placer –aceptó amablemente el pelinegro- Naruto, encárgate de las gestiones y déjaselas a Karin, por favor –ordenó profesionalemente.
El rubio suspiró mientras recogía algunos papeles.- Hai, hai, Uchiha-sama –respondió con tono gastado como si fuera un criado cansado de obedecer a su amo.
Sasuke bufó y Kakashi y Megan sonrieron divertidos.- Kakashi, tú también deberías hacer lo mismo. Te llamaré cuando ya haya molestado por un rato a Uchiha-san –dijo con tono confidencial haciendo que Sasuke soltase una carcajada burlona.
-Hai, hai, Fletcher-sama –dijo repitiendo a Naruto mientras salía con él. El ojiazul comenzó a reírse, su sonora risa alejándose por el pasillo.
-¿Deberíamos hacer algo con ellos? –preguntó Megan negando con la cabeza, dando la situación por perdida.
-Prefiero no meterme con tontos –espetó Sasuke con gracia mientras caminaba hacia la puerta. Megan rió- ¿Comenzamos? –preguntó dándose la vuelta, mirándola con una media sonrisa.
Megan lo observó durante unos momentos, memorizando al hombre tan impresionante que tenía delante. Sonrió después de unos instantes y asintió con la cabeza.
Sin duda alguna, había encontrado al hombre perfecto.
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-Y este es mi despacho –presentó Sasuke abriendo la puerta para Megan.
-Guau, tiene muy buen gusto –felicitó Megan mirando con ojos admirados la espaciosa y moderna habitación.
-Me gusta el estilo simplista y moderno –afirmó el pelinegro mientras se acercaba a su escritorio y se fijaba en el papeleo que se le había acumulado sobre él.
-Sí, y por lo que veo también los paisajes –dijo Megan acercándose a los ventanales situados detrás del escritorio. Se podía ver un paisaje urbano, lleno de vida, y a lo lejos las montañas, silenciosas y tranquilas. Era un paisaje que contrastaba pero muy hermoso-. Estoy sorprendida de la similitud de nuestras vidas: no son tan diferentes como pensaba –aclaró sonriéndole.
Sasuke sonrió burlón mientras se sentaba en su sillón y guardaba unos papeles en un cajón.- No sé que te habrá contado Kakashi sobre mí, pero apuesto a que casi todo es mentira –se carcajeó.
-Cierto. La verdad es que me contó que eras un maldito arrogante, maleducado y egocéntrico que se creía superior a todos y que seguro que tenías a todos tus trabajadores tiranizados en tu empresa… -dijo sinceramente la chica con gesto inocente y pensativo. Mientras, Sasuke se anotaba una excusa más para asesinar a Kakashi- Sin duda, eres todo lo contrario y tus trabajadores se nota que te admiran y te valoran –dijo acercándose a él- Supongo que sería una broma de maestro a alumno –rió con tono encantador.
-Más le vale –masculló soltando un bufido. Se sintió aliviado de que hubiera causado buena impresión a Megan. Pocas veces podía encontrar a una mujer tan imponente, inteligente y seria en su trabajo, y le vendría bien tener una amistad como aquella.
Sin embargo, los intereses de Megan iban un poco más allá, y no pudo evitar preguntar recelosa cuando vio el marco digital que había en el escritorio. Mostraba una foto de Sasuke con una mujer y un bebé. La mujer era asiática y exótica, con cabello rosa y ojos esmeraldas que resaltaban su exuberante belleza. Sonreía con una alegría y una delicadeza muy elegante, regalándole una tierna mirada al pequeño sonriente que también le miraba y estaba en los brazos de un Sasuke que aún no conocía. Parecía tan relajado y feliz… se veía como un padre.
-Así que, ¿tienes familia, no? –preguntó sacando a Sasuke de su pensamiento. Primero la miró sin entender pero después se dio cuenta de que estaba mirando el marco digital con una foto de Sakura, Shouta y él juntos. Antes de poder responder, Megan siguió hablando-: Leí un poco sobre ello, pero no pensé que fuera cierto –afirmó Megan sin despegar la vista de las fotos que iban pasando automáticamente.
-No todo lo que hayas leído es cierto –dijo tranquilamente Sasuke recargándose contra el respaldo de su sillón, observando con gesto dulce las fotografías- Pero tampoco es todo mentira. Es cierto que Sakura es mi pareja, pero es mentira que Shouta sea nuestro hijo. Sólo son suposiciones que los reporteros hacen para captar la atención de la mayoría del público. Pero, con respecto a tu pregunta, sí: los considero mi familia. Y es por ellos que no soy como Kakashi te dijo. Al menos, no del todo –dijo con una sonrisa ladina. Sus ojos aun mirando tiernamente las fotos.
Megan se quedó en silencio. Poco después sonrió levemente. ¿Con que ya no era como Kakashi le había dicho? ¿Tanto quería a aquellas dos pesonas que había cambiado tan bruscamente su forma de ser? Esto iba a ser más difícil de lo que ella había pensado.
-Uchiha-san –llamó la voz de Karin por el intercomunicador- Le recuerdo que debe asistir a la apertura del nuevo hotel Hyuuga dentro de media hora –informó con voz profesional y seria. La relación con Sasuke se había quedado en amistad incondicional. Después de todo, lo que pasó entre ellos era, de algún modo u otro, especial y confiaban el uno en el otro.
-De acuerdo, muchas gracias Karin –agradeció Sasuke apretando el botón del interfono- Ahora mismo bajo –anunció levantándose del sillón.
-¡Ah! Acaba de llegar Haruno-san. Dice que ella se encarga de llevarle –dijo Karin unos momentos después. El intercomunicador siguió conectado. Se escucharon a lo lejos la voz de Karin y otra voz más dulce y moderada. Sasuke puso cara de estar confuso- Al parecer, usted se lo dijo esta mañana y ha decidido venir –terminó de decir como interlocutora entre Sakura y él.
Sasuke se dio un golpecito en la frente, recordando que en el camino a la empresa le había hablado sobre lo que haría aquella mañana. Por supuesto, ella dedujo que como no tenía coche, ella haría de chofer aquel día.- Está bien, dile que espere –respondió Sasuke mientras cogía a toda prisa su cartera.
A todo esto, Megan no se perdía ni un detalle de la conversación, además de todos los gestos y movimientos de Sasuke-: Parece que ya te he entretenido bastante. Debería llamar a Kakashi –dijo con amabilidad cogiendo el móvil.
-Siento mucho que me tenga que ir así. Permíteme acompañarla hasta la entrada –se disculpó abriéndole la puerta de su despacho.
-Gracias –sonrió alegremente.
Tenía unas ganas tremendas de conocer a quien estaba esperando a Sasuke.
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-Ahora baja –anunció Karin desde su asiento.
Sakura sonrió a modo de agradecimiento. Karin también lo hizo. Desde que todo se aclaró y cada una estaba con su respectiva pareja, ambas reconocieron que podían llegar a ser amigas. No sabían si buenas, pero amigas al fin y al cabo. Comenzaron a hablar de cosas triviales hasta que del ascensor bajaron Sasuke y una mujer despampanante.
-Sakura, ¿qué haces aquí? No tenías porqué preocuparte por mí –dijo Sasuke una vez se acercó a ella.
-Pero lo pensé y ahora estoy aquí –respondió con paciencia arreglándole el cuello de la camisa. Sasuke la miró sonrojado por la vergüenza, aunque se pudo distinguir la confusión- Estoy en mi descanso, no hay problema. Tengo tres cuartos de hora más para volver al hospital –informó al entender que la molestia que sentía Sasuke era por haberla interrumpido en su trabajo. No le gustaba depender de otras personas. Sasuke chasqueó la lengua, aunque estaba más relajado. A su lado, la mujer que le acompañaba sonreía educadamente y paciente- Sasuke, ¿no nos vas a presentar? –preguntó amablemente mientras sonreía a aquella mujer.
-Oh, claro –Sasuke se recompuso ante su debilidad y se giró para presentarlas- Sakura, esta es Megan Fletcher la CEO de EMF –presentó señalándola con cortesía.
-Encantada de conocerla –saludó Sakura con un inglés impecable. Su interacción con gente de otros países en el hospital le permitía mejorar mucho su inglés- He escuchado hablar mucho de usted. Me alegro mucho de que dos empresas tan importantes se hayan asociado –dijo amablemente.
-Oh, es un placer –respondió Megan en japonés- Es un alivio encontrar a personas que entiendan de mi trabajo y hablen inglés. Justo ahora Uchiha-san estaba hablándome de usted. Es un honor conocer a una doctora de tanto renombre a tan corta edad –dijo inclinando su cabeza con respeto.
-Arigatou –agradeció sonrojada por los alagos.
Sasuke sonrió. Pero el momento fue interrumpido por el leve carraspeo de Karin, quien levantó una muñeca y señaló el reloj indicando que llegaba tarde.
-Señoritas, lamento interrumpirlas pero llego tarde a una cita –anunció con cierta premura el pelinegro.
-¡Ah! Es verdad, vamos. Tengo el coche aparcado ahí en frente –pronunció Sakura rebuscando en su bolso las llaves.
En ese momento, llegó Kakashi entrando por la puerta.- Señorita Megan, el coche ya está preparado –dijo en inglés. En ese momento reparó en la presencia de Sakura.- Pero qué tenemos aquí, ¿Sakura Haruno, cierto? –preguntó amablemente. Sakura se detuvo y lo miró. Asintió con una sonrisa-. Naruto me había hablado de ti, y sinceramente no sé como habrá hecho Sasuke para conseguir una mujer tan buena como tú –dijo aduladoramente haciendo que Sasuke bufara con molestia. A Sakura le hizo gracia- Kakashi Hatake, vicepresidente de EMF y antiguo sensei de Naruto y Sasuke. Encantado –se presentó haciendo una leve inclinación. Sakura respondió con una alegre sonrisa.
-Kakashi, si te parece podríamos llevar a Uchiha-san al nuevo hotel Hyuuga y dejar que Haruno-san vuelva al hospital sin preocupaciones –propuso educadamente Megan.
Sasuke salió de su nube de mal humor y miró a la chica. Sakura también la miró e intentó sonreir con soltura.- No se preocupe por mí señorita Megan ya he dicho que todavía me sobra tiempo de sobra –dijo sacando por fin las llaves del bolso.
-¿Pero el hospital no está en dirección contraria al hotel? Le llevaría bastante tiempo regresar. Nuestro hotel está justo al lado, así que no será ningún inconveniente –dijo obteniendo el asentimiento por parte de Kakashi.
-Ah… Bueno… -balbuceó Sakura. Se encontró con la mirada apurada de Sasuke.
-Tiene razón, Sakura. No quiero molestar en tu trabajo. Pero, gracias –dijo acercándose a ella. Sakura levantó la mirada, apesumbrada. Ella sólo quería serle de alguna utilidad en su estresante trabajo…- Llegaré para la cena –dijo finalmente dejando un pequeño beso en la frente.
-Espero que nos volvamos a ver, Haruno-san –se despidió con una sonrisa, que esta vez le pareció un poco falsa.
-Claro… -respondió dudosa.
Y allí se quedó. Con las llaves de su coche en una mano, su bolsa en el otro y el recuerdo de la cara de disculpa de Sasuke. Ahora que también se daba cuenta, no le acababa de gustar mucho el tono con que le hablaba Megan Fletcher.
A su espalda se encontraba Karin, dándole vueltas a lo que acaba de escuchar y ver. Finalmente, volvió a su trabajo pero no antes de decirle a Sakura:
-¿Quieres un consejo? No te fies de las mujeres empresarias. Son las mejores en cazar maridos.

2 comentarios:

  1. Oh Dios mío, me alegró que no hayas muerto OuO y que hayas empezado la segunda temporada de la historia. Me gustó mucho, pero no me fío de Megan, no se...me da mala espina, pero de igual manera estuvo genial ;)

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    1. ¡Sí, y yo también! xD
      Siento haber tardado tanto en responderte pero se me estropeó el ordenador y no había manera de acceder a internet T_T
      Pero ahora tengo un ordenador nuevo y mucho mejor que el anterior, así que estoy súper motivada para seguir con la nueva temporada :D
      Me alegro que te haya gustado y sigue sin fiarte de Megan ;)
      ¡Nos leemos en el próximo capítulo!
      Muchos kisses <33
      Helena-chan :3

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