¡Un problemón muy llorón! <> CAPÍTULO 2

¡Konichika minna! :3
¡Por fin os traigo el segundo capítulo!
Es más corto que el otro, pero más o menos os pone en situación como en capítulo anterior ;)
El próximo será más cómico y empezará a haber un poco más de "roce" entre Sasuke y Sakura <3
Al final del capi os dejaré algunas fotitos de ellos xD
¡Espero que os guste!
Y ahora, ¡a disfrutar!
¡Sayonara minna! ^^
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Sakura miró a Sasuke, pero éste estaba como en un estado de shock del que no saldría hasta después de varias horas.

Un poco nerviosa, se agachó y cogió la cesta donde el bebé estaba dormido, tapado por una mantita amarilla.
Sasuke pareció reaccionar ante el movimiento de Sakura y le preguntó alarmado:
-¿¡Pero qué se supone qué haces!? –le dijo mientras que la seguía con la mirada.
-Cogerlo, si te parece lo dejo aquí –dijo sarcástica. Se encaminó dentro del apartamento intentando no mover mucho la cesta- Y quieres hacer el favor de hablar más bajo, ¡le vas a despertar! –susurró molesta.
Sasuke hizo un movimiento de desesperación y puso los ojos en blanco. Después, en un movimiento de cerrar la puerta, ésta dio un portazo haciendo que el profundo sueño del bebé se rompiera. El pequeño empezó a llorar y Sakura pegó un pequeño chillido de rabia mientras cogía al bebé en brazos.
-¡Genial! –dijo Sasuke- ¡Maldita puerta! –gritó mientras le daba una patada.
-¡Sasuke! ¿Quieres hacer el favor de tranquilizarte? ¡Vas a empeorar las cosas! –medio gritó Sakura balanceándose de un lado a otro con el bebé llorando.
-¡¿Más de lo que están?! ¡No me jodas! –gritó desesperado. Estaba en tal estado de estrés que ya no sabía lo que decía ni hacía. Además, sumado con los altos y chillones lloros del bebé y a Sakura mandándole que se callara, la cosa no mejoraba.
Entonces, Sakura se acercó a él con gesto serio e hizo algo que él no se esperaba: le pegó un tortazo.
-A ver si te tranquilizas de una vez, ¿de acuerdo? –dijo Sakura con tono controlado.
Sasuke se la quedó mirando con cara neutra y con una mano en la zona golpeada. Sakura tenía una fuerza impresionante, tanto que seguro que tenía la mejilla, no roja, lo siguiente a rojo, así lo sentía. Aunque si es verdad de que aquello le había ayudado a recuperarse de la pequeña crisis de histeria por la que había pasado momentos atrás.
Veía cómo Sakura lograba poco a poco que el bebé se quedara otra vez dormido.  La chica sonrió al ver que se habían acabado los lloros y lo colocó lo mejor que pudo entre sus brazos. Todo se quedó en silencio y Sasuke no podía pensar en otra cosa aparte de que Sakura podría ser una buena madre. Se fijó un momento en el bebé y hubo algo que le llamó la atención. Inclinó un poco la cabeza y entrecerró los ojos para poder fijarse mejor.
Sakura seguía mirando tiernamente al bebé mientras que con un dedo le acariciaba la carita.
-¿No ves? Hay que tomárselo con calma. Supongo que se ha pegado un gran susto –explicó mientras levantaba la mirada sonriente hacia Sasuke, pero él estaba concentrado en alguna otra cosa- ¿Sasuke?
Sasuke se acercó a Sakura y cogió una de las puntas de la mantita amarilla que arropaba al bebé.
-¿Qué es Sasuke? –preguntó Sakura mientras miraba unas letritas grabadas en la tela amarilla al igual que Sasuke.
-¿Shouta?...
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-Sí, sí, tranquilo Itachi… Sí, de momento no ha pasado nada…
Un rubio se encontraba escondido en uno de los salientes de una pared que había justo al lado le apartamento de Sasuke. Hablaba muy bajito para que nadie se diese cuenta de que había alguien escondido.
-Está bien. De todas maneras, entra ahora para comprobar que todo marcha bien, ¿de acuerdo? –preguntó Itachi desde el otro lado de la línea- Naruto, te lo pido por favor, vigila a mi hermano, éste es capaz de darlo en adopción y todo –dijo medio sarcástico- Llámame si pasa algo –acto seguido cuelga.
-Puf, ni siquiera me ha dado tiempo a responderle –guardó el móvil en sus pantalones vaqueros y mientras se acercaba a la puerta se imaginaba la cara fría de Sasuke mientras daba en adopción al pequeño Shouta. Le dio un escalofrío tan solo pensarlo- No, no puede hacer una cosa así –se dijo así mismo. Después de todo el plan está pensado para no fallar, para eso estaba Sakura, pero siempre tenían que contar, por si acaso, con el factor de improviso, que era el que representaba Sasuke y que consistía en improvisar sobre la marcha si algo malo pasaba. Que lo más seguro es que pasara…
Con estos pensamientos, Naruto tocó el timbre del apartamento de su amigo, y cuando Sasuke le abrió la puerta con cara de malas pulgas, se le vino a la cabeza el porqué de por qué estaban haciendo todo esto.
FLASHBACK
Hace 2 meses…
Itachi y Kohana junto con su hijo Kenta, estaban de visita en la casa de los padres de Itachi y Sasuke. Tanto Sakura, Naruto e Hinata fueron invitados a la cena familiar. Todos mantenían una conversación agradable pero el ambiente estaba un tanto tenso. ¿El porqué? Muy simple: Sasuke y Sakura habían tenido una discusión antes de la cena.
La verdad, es que ya se conocían todos muy bien, pero aquella relación que mantenía la pareja empezaba a poner de los nervios a todo el mundo. Desde que Sakura llegó al apartamento de Sasuke, todo habían sido quejas y disputas entre ellos, por nada menos que durante dos años. Hasta los padres de Sakura, que habían venido a visitarla un par de veces, le dieron las gracias a Itachi por haber ayudado a su hija pero se preguntaban si vivir con su hermano menor no iba a ocasionar muchos problemas… Dos años, dos malditos años soportando broncas y broncas…
-¡Dos años! –pensó desesperado Itachi. Aquello tenía que cambiar ya. Itachi presentaba la mesa y pudo observar las miradas enfadadas y desdeñosas que se enviaban Sasuke y Sakura. Estaban sentados uno en frente del otro, y parecía que lo había hecho a posta, como si quisieran hacer saber que no se sentarían jamás juntos pero que tenían derecho a justificar su enfado poniendo estúpidos gestos de enfado. Parecían dos niños pequeños- Disculpadme un segundo… Naruto, ¿puedes venir conmigo? –interrumpió amablemente Itachi mientras que se levantaba, haciendo que todos los comensales se le quedaran mirando. El aludido se levantó sin tener que responder a la pregunta e hizo un gesto de cabeza para pedir disculpas. Después, los dos salieron a la terraza y mientras que Itachi se encendía un cigarro, Naruto preguntó:
-¿Estás seguro de que hicimos bien en ponerles a vivir juntos? –preguntó con voz neutra mientras se metía las manos en los bolsillos.
-Todavía no me he arrepentido, pero mi paciencia se está agotando –dijo entre dientes Itachi.
-Entonces, ¿tienes un plan? –preguntó interesado Naruto. Él también estaba muy arto de la situación, incluso Hinata llega preocupada a veces porque Sakura llega de muy mal humor al trabajo.
Hinata trabajaba como enfermera en el mismo hospital que Sakura. Cuando ésta llegó, las dos se llevaron muy bien y hasta ahora son mejores amigas. Y que menos que tu mejor amiga se preocupara de que llegaras hecha una histérica todos los días al mismo trabajo que tú, porque vive con un idiota que no da el brazo a torcer en las discusiones.
-No, por eso te he llamado… -se giró para hablarle de frente- ¿Se te ocurre algo que les pudiera unir? ¿Algún plan infalible del que mi hermano no pueda escapar? Lo que sea, lo que sepas de mi hermano que no sepa yo, serviría de mucho –suplicaba medio desesperado a Naruto. Naruto se quedó pensativo. Cada minuto que pasaba, iba frunciendo más y más el ceño, mientras que Itachi acumulaba esperanzas para que su amigo encontrara una solución. Finalmente, Naruto puso gesto sorprendido y dijo:
-No, no se me ocurre nada –dijo de repente.
-¿Nada? ¡Vamos, algo habrá que podamos utilizar! –gritó exasperado Itachi.
Le dieron vueltas y vueltas durante un rato más pero no conseguían nada factible que propusiera una futura buena relación entre su hermano y Sakura. Cuando ya iban a entrar, Naruto comenzó a cambiar de tema para subir un poco el ánimo de Itachi.
-¿Sabes algo de Pain y Konan? Hace mucho tiempo que no sé de ellos… Seguro que Shouta está grandísimo, jajaja –dijo Naruto sonriente.
-No, la verdad. Pero hace nada me mandaron una foto juntos con Shouta… Shouta… ¡Eso es! ¡Shouta! –volvió a gritar Itachi mientras que cogía a Naruto de los hombros y lo volvía a dirigir a la terraza.
-¿Qué pasa con Shouta? ¿Le ha pasado algo? –preguntó preocupado Naruto.
-¡No, tonto! ¡Shouta va a ser el protagonista de nuestro plan! –sonrió Itachi lleno de felicidad.
Naruto se le quedó mirando un momento, pensando que su inteligente y prudente amigo había perdido la chaveta, hasta que por fin cayó en la cuenta de sus palabras y abrió de par en par sus preciosos ojos color cielo.
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-¡Por encima de mi cadáver! –chilló una mujer de pelo violáceo y ojos avellana.
-Vamos Konan, tranquilízate, no he terminado de explicártelo –dijo Itachi con voz tranquilizadora.
Estaban en la casa de dos de los mejores amigos de Itachi: Pain y Konan. Después, de que Naruto e Itachi planearan todo, decidieron hacerles una visita a sus amigos para proponérselo. Sabía que iba a ser difícil, pero ellos aseguraban que todo iba a estar muy controlado, las 24 horas del día.
Pain estaba sentado en un sillón cerca de Konan que se encontraba de pie imponiendo su carácter. Entonces miró hacia un bebé que se encontraba entre los brazos de Naruto y que estaba jugando con un cochecito de juguete que ni siquiera le cabía en la manita. Se reía y se podía observar que todavía no tenía ningún diente. Tenía el pelo de un pelirrojo anaranjado al igual que el padre y ojos avellana al igual que su madre. Pain se le quedó mirando mientras decía:
-No creo que sea buena idea –concluyó con un suspiro. Itachi puso los ojos en blanco y Konan suspiró de alivio. Naruto estaba demasiado ocupado para escuchar mientras jugaba con Shouta.
-Vamos, es solamente durante unos meses –suplicó Itachi- Además, seguro que Sakura lo cuidará y le querrá como si fuera suyo –dijo sonriendo.
-¿Y Sasuke? –preguntó entre dudosa y enfadada Konan- Estoy segura de que no le gustan nada los bebés –dijo cruzándose de brazos.
-Sé que Sasuke es frío y arrogante, pero darle una oportunidad –dijo esta vez serio- Es mi hermano y estoy seguro de que logrará cuidar de Shouta –dijo decidido. Konan y Pain se miraron en silencio; sólo se escuchaban las risitas de Shouta y Naruto.
-¿Y por qué no adoptáis a un bebé? –preguntó Pain intentando resistirse. Le costaba mucho imaginar tener que separarse de su hijo durante meses.
-Pain, tú sabes que los trámites de adopción no se hacen de un día para otro… -dijo con voz cansina Itachi- Por favor, iréis a visitarlos a menudo como si os hubiera encantado y queréis volverlo a ver… ¡Es así de fácil! Sasuke no tiene ni idea de que tienes un hijo, así que eres el único con el que puedo contar… Por-fa-vor –suplicaba Itachi como un niño pequeño, mientras ponía morritos para convencerlos- Es para salvar a vuestro mejor y viejo amigo Itachi… ¡¿O acaso queréis que me muera de histeria?!
-¡Vale, vale! ¡Ya está bien! ¡Itachi! ¡Tú mismo sabes lo que es ser padre, ¿no?! Pues como le pase algo al niño te juro que te dejo sin el placer de tener otro hijo, ¡¿entiendes?! ¡Jum! –decidió Konan. Pain dejó escapar un sonidito de alivio por haber acabado con aquella disputa, pero aún estaba preocupado por lo que pudiera pasar.
Itachi se lanzó a abrazar a sus dos amigos mientras ellos se lo devolvían a regaña dientes, pero contentos por haber podido ayudar a su amigo. Después de todo, podían confiar en él además de que podrían ir a verle todo los días que quisieran, entonces lo tendrían controlado todo.
Solo faltaba saber si el plan surtiría efecto o al final si podría ser que Itachi se muriera de histeria…
FIN DEL FASHBACK
-Lo pondremos en adopción –dijo de repente Sasuke. Naruto y Sakura pegaron un respingo de la sorpresa. El niño jugaba con los mechones rosas de Sakura que le caían por los hombros; estaba riendo, como siempre.
Naruto había llegado hacía veinte minutos, y Sasuke y Sakura le contaron todo lo que había ocurrido. Se alegraba de ver a Shouta bien. Parecía que Sakura le había caído bien. Pero como antes de entrar estaba muy seguro de que Sasuke no lo pondría en adopción, aquella inversa le sorprendió mucho.
Miró a Sakura y la vio tan sorprendida como él, aunque después bajó la mirada, con ojos tristes pero serios. Naruto tragó grueso; tenía que hacer algo si Sakura también estaba de acuerdo con Sasuke.
-Quizá Sasuke tenga razón… -susurró dubitativa Sakura mientras miraba al pequeño Shouta. Sasuke y ella habían encontrado aquel nombre en la mantita amarilla y supusieron que se llamaba así- No me gustan los orfanatos, pero ahora mismo no sé si podré cuidar de un bebé… y no creo que a Sasuke le entusiasme la idea –dijo mirando a Sasuke de reojo. Sasuke se cruzó de brazos con el ceño fruncido.
-Yo que vosotros no lo llevaría a un orfanato… Ya sabéis lo mal que lo pueden pasar allí, los pobrecitos –dijo con voz inquisitiva mientras se levantaba del sofá con indiferencia.
-¿Y entonces qué hacemos? A mí también me da pena, pero no quiero tener que cuidar de un bebé… Por lo menos, todavía –dijo sincero Sasuke. Sakura seguía mirando a Shouta, y aunque era cierto de que no estaban seguros, se notaba a kilómetros que se quería quedar con él.
No sabían cuanto tiempo se había quedado así, en silencio. Hasta que Sakura se levantó con el niño en brazos y dijo:
-No me gusta para nada la idea, pero supongo que es lo único que se nos ocurre y seguramente que Naruto e Hinata no se lo querrán quedar, ¿no es así? –preguntó inquisitiva Sakura. Sasuke miró a Naruto, esperando una respuesta. Éste se quedó mudo, sin poder decir una palabra. Sasuke suspiró y miró su reloj.
-Son las 9:30 de la mañana… Hay varios orfanatos en la ciudad, por lo cual, iremos al más cercano y después, se acabó el asunto –dijo apenado Sasuke. Vale, no tenía ningún conocimiento de cómo se trataba a un bebé y tampoco tenía la intención de tener ninguno, pero sabía que le iba a dar mucha pena tener que dar en adopción a un niño que ni siquiera ha tenido el amor de unos padres.
-¡Pero Sasuke! ¿No te da pena el pobre? ¿Sus padres le han abandonado y vosotros lo volvéis a abandonar? ¡Vamos, por Kami-sama! ¡Tened un poco juicio! –decía Naruto desesperado para intentar frenarles.
-¡Pues si tantas ganas tienes de que se quede, quédatelo tú! –gritó Sasuke, empezando a perder los nervios de nuevo. Los dos se miraron a los ojos seriamente, hasta que escucharon los leves sollozos de Shouta y a Sakura susurrándole para que se calmara. Los dos comprendieron que estaban asustando al pequeño y se tranquilizaron- Naruto, no queda otra… ¿Vienes con nosotros? –preguntó comprensible. Entendía las palabras de su amigo, pero él sabía que, aunque Sakura dijera que no sabía si podía cuidar de él, si podía y lo estaba demostrando en aquellos momentos. Pero el problema era él. No tenía el carácter ni la personalidad adecuados para poder cuidarlo. Y eso, aunque intentara no pensar en ello, le enfurecía aún más que pensar en los malditos padres que habían abandonado a Shouta.
-De acuerdo –suspiró Naruto cansado- Os espero en la entrada –acto seguido salió por la puerta y se metió rápidamente en el ascensor. Le dio como un paranoico al botón que señalaba la planta baja y mientras iba marcando el número de Itachi. Éste no descolgó hasta que Naruto salió del edificio:
-¿Sí? –preguntó la voz amable de Itachi.
-Houston, tenemos un problema –contestó la voz preocupada de Naruto.
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